viernes, 28 de marzo de 2014

LA MUJER EN LA POLITICA

Hacer política a la manera de las mujeres puede significar promover la paz y resolver los conflictos de modo diverso que un hombre, escogiendo cualquier medio menos la guerra, promoviendo así valores a favor de la vida .
 
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Autor: Gloria Conde, del libro Mujer Nueva, editorial Trillas
Necesidad de la mujer en la política 
 
Hoy sólo el 13% de los políticos son mujeres. Todos somos conscientes del decaimiento ético que están siguiendo las políticas y las leyes en los países más desarrollados. Sobre todo en lo que ve a la falta de defensa y protección de la vida humana. En principio, la mujer tiene los mismos derechos a «gobernar» que el varón. Muchas pueden decir ¿por qué los que «mandan» tienen que ser siempre varones? Sin embargo, no es este el hecho que justificaría una mayor presencia femenina en la política.

La mujer percibe con gran sensibilidad esta disociación entre poder y la justicia y ética que está llevando a muchos políticos a sacrificar los valores humanospor afirmar sus posiciones de poder. Las mujeres desean y pueden cambiar algunas decisiones políticas. Tienen un programa y una serie de valores precisos, no sólo sed de poder. Es este el motivo por el que la mujer tiene algo muy específico que ofrecer a la vida política: la promoción de los valores humanos. Citamos a Janne Haaland Matláry:

“Hacer política a la manera de las mujeres puede significar promover la paz y resolver los conflictos de modo diverso que un hombre, escogiendo cualquier medio menos la guerra, promoviendo así valores a favor de la vida en su significado profundo. 
 Porque transmitimos la vida y estamos acostumbradas a que los hijos nos recuerden que no somos «tan importantes», podemos introducir un cierto realismo, un poco de humildad en el sector público con el fin de poder establecer mejores condiciones de trabajo” (Tiempo de Florecer).

La aportación específica de la mujer a la política

Observando las acciones y comportamientos de las mujeres políticas de hoy, alguno podrá decir: “nada prueba que las mujeres serán diversas de los hombres en la política y ¿qué van a añadir? De hecho, las pocas mujeres que hay actualmente en política se comportan como los hombres”. Quizás han tenido muchas dificultades para llegar donde se encuentran, y esto les ha supuesto renunciar, en parte, a lo que son ellas mismas. Esto es una consecuencia natural de la falta de presencia femenina en un mundo dominado por los varones.

Pero las mujeres tienen un campo abierto en política. La sensibilidad femenina permite que la mujer descubra al hombre concreto, singular, al pobre, al necesitado, en medio de las grandes políticas de los estados que se aplican a la masa en forma estadística. Además, la mujer tiene mucha más capacidad de negociar que el varón en el sentido de que logra llegar a conclusiones evitando rupturas y traumas en las relaciones.

Mujeres que representen a la mayoría

Por otro lado, es conveniente la presencia en política de mujeres que representen a la mayoría: mujeres madres de familia, esposas, aquellas que tienen que enfrentar la problemática de nuestro mundo, trabajar y sacar adelante la familia. Mujeres a quienes forja la lucha diaria y eso les hace abiertas y cercanas a las demás personas. Es este un gran reto ya que es necesaria la presencia de mujeres en política, y también varones, que experimenten en su propia vida la riqueza de los valores éticos y humanos de la familia. Sin embargo es evidente, al menos dada la situación actual, la dificultad de compaginar una carrera política con una rica e intensa vida de familia. La mayoría de las personas hoy en día inmersas en política, no suelen prestar demasiada atención a los asuntos de la familia, en gran parte porque ellos mismos carecen de una vida familiar intensa. A pesar del dilema, se impone encontrar vías adecuadas para lograr compaginar ambas cosas.

Lo que buscamos evitar es que las mujeres en política sigan sólo el modelo de la mujer que ha renunciado a lo más propio suyo, rechaza el matrimonio y la maternidad, y busca el poder para «lograr derribar al patriarcado de su atalaya». Es dudoso que alguien así garantice mejoras en las condiciones de la mayoría de las mujeres.

No es posible representar de forma real a la mayoría si se permanece distante de los problemas reales de las mujeres de hoy. Una mujer política deberá ser una mujer «para los demás» que, desde el esfuerzo y la entrega a sus deberes cotidianos, muchas veces escondidos, sepa comprender las necesidades e inquietudes reales de las otras personas como ella. Dice de nuevo J.H. Matláry:

“La mejor curación de la presunción consiste en llegar a casa a lavar el suelo de la cocina con los niños por en medio que gritan porque quieren comida, atención y juegos.
Las tareas cotidianas de la maternidad y de la paternidad nos hacen humildes y nos recuerdan que somos insignificantes. También por este motivo, muy banal, sostengo que las mujeres pueden ser, en ocasiones, mejores políticas que los hombres: estamos acostumbradas a poner paz y resolver los conflictos de nuestra experiencia cotidiana con los hijos (para no hablar de los maridos) y no podemos concentrar la atención sobre nosotras mismas mucho tiempo” (O.cit.) .

El campo jurídico y legislativo

Por las mismas razones, la mujer puede proyectarse en el campo jurídico ofreciendo un gran bien para la humanidad. Su sentido de la «persona» y la capacidad de valorarla en su individualidad pueden ayudar a juzgar con equilibrio y prudencia las situaciones y los comportamientos humanos. 

http://www.historiadelperonismo.com/discurso-en-plaza-de-mayo-17-10-1949_clip_image002.jpg
Eva Perón

Discurso del 17 de octubre de 1949


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